
Esta es mi historia
Aunque supongo que si has llegado hasta aquí ya lo sabrás, me llamo Laura y nací en Pamplona, España. Cuando era pequeñita era muy bailona, muy analítica y bastante introvertida. También era una niña un poco gordita y, si te soy sincera, eso me llevó a sufrir en mi adolescencia y en la primera etapa de la edad adulta un trastorno de la conducta alimentaria. Este periodo se entremezcló con una altísima exigencia en los estudios, lo que se transformó en una bomba de relojería a nivel interno, porque mis objetivos radicaban en tener el cuerpo más delgado posible y obtener matrículas de honor en todas las asignaturas de mi carrera, que para tu sorpresa (y también la mía en este momento) era ingeniería química. Sí, ¡cursé carrera y máster! Esta etapa de TCA y extrema exigencia académica, me causó un sufrimiento muy difícil de procesar y muchos años de revertir. Noches en el hospital con ataques de pánico, aislamiento social, inseguridad, principios de desnutrición y una innumerable lista que tampoco me apetece extender.

Las cicatrices son las medallas que nos entrega la vida por haber luchado y superado.
Paulo Coelho
Gracias a la vida, en mi segundo año de carrera, conocí a una personita muy especial en mi Colegio Mayor, Álvaro (más conocido como Uli), quién se convirtió en el amor de mi vida, en mi mejor amigo y en mi actual socio. Él, a los pocos meses de conocernos, supo ver el problema que me hacía sufrir tanto y juntos, dedicándole la atención suficiente, conseguimos que pudiera emerger la actitud más valiente que he tenido en toda mi vida para superarlo. Poco a poco, empecé a comer, a entrenar y a aprender sobre el fantástico mundo de la salud, para vivir mejor, más feliz y más plena. Y sobre todo, a cuidar mi cabecita. Deseaba más que nunca que los nuevos conocimientos y hábitos de vida que estaba implementando, me ayudaran a mejorar también en muchas otras áreas de mi vida. Costó, pero eso me hizo ser la mujer que soy hoy.


El amor no es solo mirar al otro, sino mirar juntos en la misma dirección.
Antoine de Saint-Exupéry

Con el paso de los años, fui puliendo esa relación con la comida, con mi cuerpo y con la autoexigencia profesional. De hecho, conforme me iba encontrando mejor conmigo, aparecieron algunas preguntas incómodas que hasta el momento no me había planteado. «¿De verdad me gusta esto de la ingeniería? ¿En qué momento decidí estudiar algo así? ¿Me veo ejerciendo a largo plazo?». Supuse que cuando mi cuerpo y mi mente empezaban a funcionar bien, estaban listos para otro tipo de cambios relacionados con temas que no hubiera podido abordar si no hubieran funcionado correctamente. Pero todavía tenía sentía cierta resistencia a atender cómo me sentía con ello. «¡Jamás! Eso no puede ser, soy ingeniera, tengo que serlo, he dedicado muchos años, tengo que ser directiva en alguna fábrica y llegar a cumplir todas esas metas que desde pequeñita se suponía que tenía que cumplir”, pensaba muy a menudo.

No puedes nadar hacia nuevos horizontes hasta que tengas el coraje de perder de vista la orilla.
William Faulkner
Pero esta resistencia no duró mucho tiempo y empecé a poner atención a las lágrimas que recorrían mi rostro cada vez que llegaba de trabajar y empecé a preguntarme con sinceridad sobre la naturaleza de mi estado de ánimo y la relación que tenía lo que había estudiado, y mi trabajo, con ello. Y la realidad fue que toda. Darme cuenta de que no era feliz con nada de eso fue un golpe de realidad bastante fuerte, después de tantos años depositados a la dichosa ingeniería. Pero aún así, decidí romper con todo, dejarlo de lado y empezar de cero. Nuevos aprendizajes, un camino por mi cuenta, un camino construido por mí misma. Y ahora sí, con unas bases mucho más sólidas en mi salud, como nunca antes había tenido, por lo que esta me acompañó para bien en las próximas tomas de decisiones.


El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo.
Winston Churchill

Empecé con una nueva etapa emprendedora, alejada del que supuestamente iba a ser mi destino, y me puse a probar fortuna, a estudiar nuevas materias por mi cuenta y a intentar crear una nueva forma de vivir. Alegrías, retos, dificultades, luchas, aprendizajes, vaivenes emocionales, negociaciones, crecimiento, decrecimiento, riesgo, entusiasmo, motivación, llantos y cariño, mucho cariño, se convirtieron en los ingredientes principales en mi nueva aventura, en la que la mayoría de los proyectos no salieron bien, pero otros empezaban a ganar potencial. Álvaro conocía muy bien este mundillo de las aventuras y llegó un momento del camino en el que decidimos unir fuerzas. ¿Qué sentido tenía que cada uno fuera por su cuenta si podíamos unir nuestro esfuerzo y conocimiento?

Ninguno de nosotros es tan listo como todos nosotros juntos.
Ken Blanchard
Dimos alguna charla juntos y empezamos a mezclar conceptos laborales y personales, haciendo especial énfasis en la salud mental y relacionándolo con el sector emprendedor, porque no puede haber una cosa sin la otra. No puede haber emprendimiento sin salud mental. No puede haber vida sin salud. No puede haber amor sin cimientos. No puede haber nada si las bases no están cubiertas. Es algo que entendí con el paso de todos esos años. Y así, los primeros atisbos de salud, desarrollo personal y crecimiento interior, empezaron a ver la luz públicamente, a modo de divulgación motivacional, lo que me llevó a empezar a compartir en mi cuenta de Instagram ciertas reflexiones, las que probablemente vieras hace algún tiempo y las que han ido poco a poco construyendo la identidad de la marca LAUUUFAAL en la que has tropezado hoy.


El propósito de la vida es contribuir a hacer las cosas mejor.
Robert F. Kennedy

La marca que con todo mi cariño, bueno, nuestro cariño, porque a Álvaro aunque no le veas también está aquí, hemos construido para ayudar a todas aquellas personas a ser mejores personas, a alcanzar la versión de la que sus «yoes» anteriores, se sentirían orgullosos. Esta es mi historia, la historia de Laura. Y lo que ves aquí, es tan solo un pedacito de ella y se llama LAUUUFAAL, en forma de marca personal y que tiene un propósito claro: que seas más feliz contigo y con tu entorno.
Esta es mi historia.
Esta es mi filosofía.
Esta soy yo.
Gracias por estar aquí.
Gracias por confiar en LAUUUFAAL.
